El hecho de abrir el grifo y encontrar agua potable a nuestra disposición crea una percepción de abundancia de este bien básico absolutamente engañosa.

La realidad es que hoy en día ya hay zonas de Latinoamérica donde el agua comienza a convertirse en un problema.

Ciudades con una mayor demanda que los recursos disponibles, mala gestión y las sequías provocadas por el cambio climático componen un panorama nada halagüeño ante el que es necesario tomar acción lo antes posible.

Para dar respuesta a este problema, las grandes urbes suelen invertir en infraestructuras grises, o lo que es lo mismo, redes de alcantarillado y plantas de tratamiento de aguas, con intención de mejorar la recolección, transporte y tratamiento de aguas residuales y pluviales y poder convertirla en agua apta para el consumo.

Sin embargo cada vez cobran más importancia las infraestructuras verdes, es decir, las que están basadas en la naturaleza.

fondos de aguaEstas infraestructuras verdes actúan de un modo distinto y complementario. Por ejemplo, a través de la revegetación, la reforestación, o la protección de ríos se reducen los sedimentos y se consigue un efecto barrera ante las lluvias torrenciales, evitando que estas lleguen al casco urbano y ocasionen daños.

Se trata en definitiva de modificar el entorno con elementos de la propia naturaleza para conseguir una serie de efectos. Y así vemos que se utilizan dunas, corales, marismas o arrecifes de ostras con propósitos concretos en busca de mejorar la utilización y aprovechamiento de los recursos hídricos.

Los problemas actuales de las infraestructuras verdes

Los especialistas aseguran que la única manera de cubrir las necesidades de agua en un futuro será combinando el uso de ambos tipos de infraestructuras.

Las infraestructuras verdes presentan ventajas muy interesante, como el hecho de que necesitan una inversión mucho menor, se regeneran por sí mismas, o que embellecen el entorno medioambiental.

Sin embargo el impulso de las infraestructuras verdes se enfrenta a algunos problemas importantes que pueden condicionar su desarrollo.

Quizás uno de los principales es la dispersión de iniciativas y esfuerzos. Lejos de operar bajo una política común enfocada a conseguir unos objetivos, los diferentes organismos actúan con iniciativas independientes y visiones desajustadas.

Mientras algunas acciones se enfocan en el largo plazo otras lo hacen en el corto, además de que en algunos casos se llevan a cabo para dar solución a un problema concretos mientras que en otros se persigue una transformación de mayor calado, como es la concienciación y el cambio de hábitos de la gente.

Los expertos insisten en que es necesario entender las infraestructuras verdes como una oportunidad para mejorar y optimizar recursos y no como un lujo o una frivolidad, de ahí que soliciten más y mejores fuentes de financiación para afrontar los retos que se plantean.

Según Suzanne Ozment, investigadora del World Resources InstituteLos próximos pasos consisten en incrementar las inversiones a través de un modelo financiero mixto y conseguir que todos los actores se comprometan con las soluciones basadas en naturaleza

Cómo articular el cambio

Además de una mejor financiación y coordinación de acciones, el cambio hacia una sostenibilidad en la provisión de agua de las grandes ciudades pasa por articular algunos cambios más profundos.

Por un lado cambios en la formación de los expertos, mayoritariamente ingenieros que se han educado en la resolución de estos problemas a través de bombas y tuberías.

Hay, por tanto, que aplicar un nuevo enfoque, menos centrado en aspectos técnicos y más en aspectos medioambientales.

Pero también hay que concienciar a la gente de un cambio de actitud frente a este recurso. Hacerles ver que se trata de un bien limitado, y que como tal hay que tratarlo.

En este sentido se están empezando a poner en marcha campañas de concienciación y sensibilización destinadas a promover cambios de comportamiento.

La reutilización del agua para regadío de jardines es un primer paso, pero hay que ir más allá y hacer entender a la gente que su consumo no es ningún disparate.

También se están desarrollando campañas de concienciación y cambio de hábitos por medio de manifestaciones artísticas.

En contacto con artistas locales se busca el medio de crear mensajes que calen hondo en la mente, de manera que su recuerdo se conecte con las nuevas ideas que se pretenden implantar.

Estas ideas están relacionadas con la correcta gestión de este recurso, su uso y almacenamiento. A través de pequeños gestos como el lavado de manos o el cepillado de dientes se puede lograr un ahorro masivo de agua sólo con que la población se concienciase de la necesidad de no dejar el grifo abierto.