Aunque la tensión arterial tiende normalmente a elevarse durante el embarazo, no debe ser motivo de preocupación. Sin embargo bajo algunas circunstancias una subida de presión arterial puede ser muy peligrosa tanto para el bebé como para la madre. Conozcamos un poco más sobre este tema.
Índice de contenidos
¿Qué causa la presión arterial alta durante el embarazo?
Tener más de 40 años y estar embarazada
Uno de los riesgos de quedar embarazada a ciertas edades es la posibilidad de padecer hipertensión. Es bien sabido que las mujeres mayores que quedan embarazadas por primera vez tienen más posibilidades de tener embarazos de alta peligrosidad. En estas ocasiones existen riesgos genéticos y posibilidad de anormalidades cromosómicas, pues los óvulos de mujeres maduras a veces presentan problemas a la hora de dividirse celularmente.
El riesgo de una preeclampsia también está presente en embarazos pasados los 40, así como que el feto desarrolle síndrome de Down, se produzca un parto más difícil o aumente la posibilidad de que la futura mamá desarrolle diabetes o hipertensión.
La presión arterial alta en embarazadas de más de 40 años obedece al esfuerzo extra que el cuerpo de la mujer debe hacer para garantizar el desarrollo del feto.
Estar embarazada por primera vez
El primer embarazo, incluso en edades óptimas como puede ser entre los 20 y los 30 años, puede provocar hipertensión en la mujer, pues el cuerpo confronta una experiencia para la que no se ha preparado.
Si además con anterioridad al embarazo la mujer sufría de sobrepeso, seguía una dieta rica en grasas, sal y carnes rojas o fumaba, todos estos factores suelen dar como resultado presión alta. Aunque quizá por sí solos no representaban un riesgo tan elevado, sumados al embarazo se convierten en catalizadores de la enfermedad.
Estudios médicos han demostrado que en embarazos posteriores la mismas mujeres ya no sufrían de presión alta, lo que demuestra que, en las subsecuentes gestaciones, el cuerpo de la mujer asimila la experiencia del embarazo y no sufre un estrés tan severo.
Estar embarazada de más de un feto
Tener gemelos o mellizos puede ser una experiencia increíble, pero sin lugar a dudas pone a prueba el organismo de la futura madre, ya que con dos o más fetos en su organismo la mujer tiene que hacer un doble (o triple) esfuerzo para que la gestación sea exitosa.
En muchos casos el caudal de sangre de la embarazada aumenta hasta un 45% y el corazón debe hacer un esfuerzo extra para enviar esta cantidad de sangre a través de las arterias, haciendo que la tensión arterial aumente.
Haber utilizado fecundación in vitro
La fecundación in vitro también es un factor que tiene influencia para que la futura madre sufra de tensión arterial alta. Curiosamente cuando se opta por la fecundación in vitro como método para el embarazo, los doctores se han percatado de que tanto la futura madre como el feto suelen sufrir de presión alta.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de las mujeres (y parejas) que optan por la fecundación in vitro lo hacen porque otros tratamientos han fracasado y que normalmente son parejas con más de 35 años de edad. A eso hay que sumar todo el estrés que puedan haber ocasionado los tratamientos anteriores y el propio de intentar que el actual in vitro sea exitoso.
De todos los tratamientos aplicables a partir de los 35 años, la fecundación in vitro es el tratamiento con más posibilidades de éxito, por lo que es el más escogido a la hora de intentar lograr un embarazo y por tanto es otro factor coadyuvante en mujeres mayores.
Aunque la causa no ha sido bien estudiada puede provenir de una falta de suficiente preestimulación ovárica a la hora de implantar el óvulo, lo que pondría al sistema de la paciente en una situación de mayor estrés para que el embarazo se desarrolle con normalidad.
No hay que olvidar además que en un 4% de los casos de embarazos in vitro desembocan en casos de gemelos o embarazos múltiples, lo que a su vez también puede llevar a la madre a experimentar cuadros de hipertensión.
Ser hipertensa antes del embarazo
Otra de la causas por las que la embarazada puede sufrir de tensión arterial elevada durante el embarazo es que la mujer ya sufriera de hipertensión con anterioridad. En muchos casos la embarazada desconoce que sufre de hipertensión, porque los síntomas no se manifiestan.
Si la futura mamá tiene sobrepeso, éste resulta en una gran posibilidad de sufrir hipertensión durante el embarazo, ya que estudios médicos demuestran que las mujeres que presentan sobrepeso u obesidad antes del embarazo tienen una gran posibilidad de desarrollar tensión arterial alta durante la gestación.
Otros factores como el tabaquismo, el consumo de bebidas alcohólicas o el estrés también pueden inducir a la hipertensión previa al embarazo y ser factores desencadenantes durante éste si se continúa con ellos.
Tipos de hipertensión durante el embarazo
Existen 3 tipos de hipertensión durante la gestación. Cada uno conlleva distintos riesgos para la madre y el feto pero todos ellos son superables si se detectan a tiempo.
Hipertensión crónica
Como ya hemos visto anteriormente, si la futura madre sufre de hipertensión antes de quedar embarazada, existen altas probabilidades de que desarrolle una hipertensión crónica durante el embarazo.
El uso del tabaco, el sobrepeso, una dieta rica en carnes rojas, lácteos y grasas trans, el consumo del alcohol y el estrés pueden llevar a la embarazada a todavía mayores niveles en su presión arterial.
Su detección se produce en la primeras 20 semanas de embarazo y es totalmente tratable con medicación común contra la hipertensión, que no afectará para nada el desarrollo del feto.
Hipertensión gestacional
La hipertensión gestacional ocurre con el devenir del propio embarazo y sus causas son múltiples: desde ser madre primeriza hasta tener un embarazo múltiple, pasando por quedarse encinta a un edad avanzada o demasiado temprana.
Normalmente esta condición suele darse a partir de las 20 semanas de embarazo, ya que el bebé está totalmente formado en ese momento y necesita tomar mucha energía de la madre para seguir desarrollándose.
Si este fenómeno de hipertensión gestacional no se descubre y se trata a tiempo, suele suceder que a partir de la semana 30 aumente el riesgo de preeclampsia.
Hipertensión crónica con riesgo de preeclampsia
El tercer tipo de presión arterial alta durante el embarazo es la hipertensión crónica con riesgo de preeclampsia y de todos ellos es el más grave.
La preeclampasia consiste en una disfuncionalidad del cuerpo de la madre que evita que la placenta obtenga suficiente sangre y por lo tanto el bebé no obtenga los suficientes nutrientes básicos poniendo en riesgo su crecimiento y su vida.
La hipertensión es uno de los síntomas de la preeclampsia y por ello es conveniente medir la presión arterial de la embarazada diariamente con un tensiómetro, además de llevar a cabo visitas regulares al médico para evitar sorpresas en las fases finales del embarazo.
Como conocer tu presión arterial durante el embarazo
La tensión arterial juega un papel muy importante durante todo el embarazo. Las arterias, al llevar la sangre con oxígeno a todo el organismo, nos van a indicar si el cuerpo está funcionando correctamente o bien si existe algún padecimiento que obliga al corazón a bombear más sangre y por lo tanto a elevar la presión arterial.
Esto mismo sucede en el cuerpo de la embarazada, pero multiplicado por dos, pues la sangre de la futura mamá es la que alimentará al bebé, de manera que el cuerpo, ya de entrada, está sufriendo una mayor fatiga al trabajar a un mayor ritmo.
Debido a este hecho es importante conocer la presión arterial de la embarazada en todo momento, pues es una pista clave sobre si el embarazo va bien o existe algún tipo de problema.
¿Cuales son los rangos de presión arterial durante el embarazo?
Conocer los rangos de presión arterial durante la gestación con la ayuda de un tensiómetro permite tener la seguridad de saber que todo marcha correctamente. En caso de que la medición esté fuera de rango se debe acudir al médico para obtener un diagnóstico de lo que está sucediendo con la madre y el bebé.
Una embarazada sana debe tener una presión arterial de 120 mmHg en la sistólica y 80 mmHg en la diastólica. En la primera visita al médico este tomará la tensión de la embarazada y desde ahí le dará seguimiento.
Si la tensión arterial de la embarazada es mayor a los 15 mmHg respecto de la primera medición o bien pasa de los 140 mmHg en sistólica y 90 en diastólica, entonces la madre está sufriendo hipertensión y el médico debe tomar las medidas pertinentes según sea la semana de embarazo en que se encuentre la futura madre, ya que cuantas menos semanas de embarazo hayan transcurrido más fácil de corregir es la hipertensión.
También es importante vigilar la tensión baja durante la gestación, pues las hormonas pueden hacer que las arterias se ensanchen para permitir mejor el flujo de sangre y todo esto puede conllevar mareos, nauseas, dolores de cabeza, sensación de frío en la piel e incluso desmayos.
Riesgos de tener la presión arterial alta durante el embarazo
Fundamentalmente existen dos riesgos respecto a sufrir hipertensión durante el embarazo, la preeclampsia y el sindrome HELLP.
Preeclampsia
La preeclampsia es un trastorno que surge durante el embarazo y se manifiesta con una serie de síntomas como son la hipertensión arterial, el aumento de peso de más de 2 kg por semana, la aparición de edemas, hinchazón de manos, cara o pies, aparición de proteínas en la orina y en casos muy graves dolores fuertes de cabeza, problemas al orinar, visión borrosa y problemas de respiración.
Si además la mujer sufre de sobrepeso u obesidad, diabetes, insuficiencia renal, el embarazo es múltiple o sufrió de preeclampsia en un embarazo anterior, las posibilidades de tener este padecimiento aumentan.
La preeclampsia no permite que la sangre de la madre llegue correctamente a la placenta por lo que el bebé no recibe ni el oxígeno ni los nutrientes necesarios para desarrollarse adecuadamente.
El diagnóstico puede ser de preeclampsia leve o grave. En el caso de la preeclampsia leve los doctores recomiendan aumentar la ingesta de agua hasta 8 vasos al día, reposar del lado izquierdo para que el flujo sanguíneo sea más homogéneo, evitar la sal y tomar más proteínas en las comidas.
En el caso de que exista preeclampsia leve y el bebé esté lo suficientemente maduro, los médicos se decidirán seguramente por adelantar el embarazo todo lo posible y así evitar problemas.
En el caso de la preeclampsia grave, el reposo absoluto de la madre y el tratamiento con medicación para la hipertensión serán parte del tratamiento, pues la madre está en riesgo de desarrollar una insuficiencia hepática grave o tener problemas cardiovasculares serios en el futuro.
La preeclampsia, si no es tratada, puede derivar en una eclampsia, que consiste en que la embarazada se ve afectada por convulsiones como en las crisis epilépticas e incluso entra en coma durante el embarazo o parto, causando la muerte de la madre y el niño.
Síndrome HELLP
El síndrome HELLP es otra condición que se puede dar debido a la hipertensión y que consiste en que las plaquetas disminuyen en número y aumentan las enzimas hepáticas dándose un proceso de hemólisis por el cual se destruyen los glóbulos rojos en el organismo de la madre.
Al existir menos plaquetas y glóbulos rojos hay una disminución del caudal de sangre y la calidad de ésta, por lo que se pone en peligro el desarrollo del bebé por un lado y por otro se deteriora la función hepática de la madre.
Aunque se presenta solamente en 2 de cada 1000 embarazos normales, tiene una incidencia del 10% al 20% en las embarazadas con preeclampsia entre las semanas 36 y 40 de gestación, de manera que es muy importante hacer los estudios clínicos pertinentes y darle seguimiento, ya que sus síntomas son parecidos a los de la gripe e incluso la hepatitis.
Conclusión
Como hemos visto la hipertensión es una de las más claras señales de problemas durante el embarazo. Dado que no presenta señales evidentes como otras enfermedades, la mejor forma de registrar que todo va por buen camino es utilizar un medidor de presión arterial y, diariamente y a la misma hora, medir la tensión de la futura mamá para conocer si está dentro de los rangos normales o bien se hace necesaria una visita al médico.
Christina G. Nogueira
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