Aunque el medidor de tensión hasta hace poco tiempo no había salido de la consulta de los doctores, lleva con nosotros más de 100 años. El primer tensiómetro fue inventado en el siglo XVIII y consistía en un tubo que se llenaba de sangre y que salía de una artería a la que se conectaba.
Fue en el siglo XIX cuando Samuel Siegfried Karl Ritter von Basch ideó un método para medir la presión sin tener que sacar sangre del cuerpo y posteriormente Scipione Riva Rocci desarrolló un primer prototipo de medidor de la tensión arterial mucho más sencillo con varios objetos comunes, como un tintero, tubos de cobre y mercurio, etc.
Más tarde sería Harvey Williams Cushing quién le daría al esfingomanometro la apariencia que ha tenido hasta finales del siglo XX. El diseño de Cushing era un columna de mercurio acoplada a un brazalete inflable, acompañado de un estetoscopio con el que se oían los látidos del corazón para conocer la diastole y la sistole. Con este mecanismo, y a través del ritmo del corazón, se podía establecer la presión arterial.
Los dos tipos de tensiometro más utilizados en las consultas médicas han sido por mucho tiempo el de mercurio (también conocido como de columna por estar depositado el mercurio en un recipiente alargado y con medidas) y el aneroide en el que el brazalete se encuentra sujeto a una especie de reloj medidor, en el que se va a reflejar la tensión alta y baja.
En los últimos 15 años, sin embargo, el tensiometro digital -bien sea de brazo o de muñeca- ha desplazado a los dos primeros tanto en el ámbito doméstico como en las consultas médicas.
El tensiómetro ha demostrado una gran utilidad para la medicina. La medición de la tensión arterial en un paciente ayuda al médico a detectar si existen problemas en el organismo, ya que la presión alta siempre es sinónimo de algún problema médico que genera estrés al organismo.
Contar con un medidor de tensión en casa es, por tanto, una manera fantástica de poder tomar conciencia con un sólo vistazo de nuestro estado de salud y el de otros miembros de la familia, especialmente en el caso de que alguno de ellos esté aquejado de hipertensión o diabetes.
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Como elegir el tensiómetro que mejor se adapta a tus necesidades
Como es lógico, el paso del tiempo y los avances tecnológicos han hecho que incluso los médicos hayan cambiado sus clásicos tensiómetros aneroides por los digitales. Hoy en día este tipo de modelos son los que se han impuesto, pues ofrecen una gran facilidad de manejo y lectura, unidos a una notable precisión en sus mediciones.
Los tensiómetros digitales funcionan de una forma muy parecida a los analógicos. Poseen un transductor que refleja el paso de la sangre en una señal eléctrica, la señal es más fuerte en la presión arterial media y a través de un algoritmo se calcula la presión arterial sistólica y la diastólica, mostrándose a continuación dicha información en la pantalla LCD.
Existen de 3 tipos de medidores de presión arterial, los de brazo, muñeca y dedo. En este caso nos vamos a ocupar exclusivamente de los dos primeros pues ambos constituyen el grueso de la oferta de tensiómetros a la venta.
Además el tensiometro de dedo es un poco menos preciso debido a que mide la tensión a través de vasos sanguíneos de mucho menor tamaño-el de brazo y muñeca toman las mediciones en la arteria braquial y en la radial- y a que los dedos están más alejados del corazón.
Para escoger el medidor de tensión digital que más se ajusta a tus necesidades toma en consideración estos 5 puntos:
¿Para que necesitas el tensiómetro?
Por explicarlo de un modo gráfico, un tensiómetro es lo más parecido a tener un doctor en casa. Medir la presión arterial te va a revelar si todo está bien dentro del organismo o si por el contrario se sufre de algún problema.
Debido a que el corazón bombea más sangre y por lo tanto eleva la presión arterial ante cualquier situación en que el cuerpo lo requiere, el uso de un tensiómetro puede ayudarte a detectar problemas de diversa índole, desde aquellos que generan estrés nervioso hasta infecciones, pasando por problemas cardíacos, fallos renales etc. Y puede hacerlo en los estadios iniciales del mismo, lo que sin duda facilitará su tratamiento.
Si algún miembro de la familia tiene hipertensión o padece diabetes es importante conocer sus rangos de presión al menos dos veces al día. Pero incluso si en el momento actual no se padece enfermedad alguna, el sobrepeso, una vida muy sedentaria, el tabaco o el estrés nervioso pueden tener graves repercusiones sobre la salud, y en esos casos el tensiómetro es un gran aliado que permitirá conocer de primera mano si estos hábitos están teniendo una efecto perjudicial.
¿Es cómodo el medidor de tensión?
A la hora de elegir un tensiómetro es importante valorar hasta qué punto es fácil ponerlo y ajustarlo al brazo o muñeca.
En personas de la tercera edad en las que se da la circunstancia de que sus músculos han adelgazado en exceso es más fácil medir la tensión con un medidor de presión de muñeca que con un medidor de brazo, ya que el brazalete de este último ejerce una mayor tensión en el bíceps.
Algo parecido sucede con personas que tengan sobrepeso, ya que la grasa depositada alrededor del bíceps puede conducir a mediciones erróneas.
Normalmente el tensiómetro de brazo necesita de una superficie plana mientras que el de muñeca se apoya en la propia muñeca, lo que lo hace más cómodo.
¿Se ajusta el precio a tu presupuesto?
El precio también es importante, pues existe una gran diferencia de precios entre unos tensiómetros y otros. Por regla general los de muñeca son más baratos que los de brazo. Si tenemos que hacer una recomendación, lo más inteligente es tratar de determinar qué modelos presentan una mejor relación calidad/precio en relación a las necesidades de cada caso.
¿Es fácil de leer la pantalla?
En lo que se refiere a las lecturas normalmente los tensiómetros de brazo suelen resultar más prácticos pues ofrecen pantallas LCD de mayor tamaño que las que pueden encontrarse en los medidores de presión de muñeca.
En cualquier caso, lo importante que los números sean fácilmente visibles por personas de cualquier edad y condición visual, ya que las personas mayores con dificultades de visión suelen tener problemas para distinguir los valores expresados en la pantalla si los números no son demasiado claros o se presentan en pequeño tamaño.
¿Cuantas mediciones puede guardar?
Otra característica a tener en cuenta es el número de mediciones y de usuarios que el tensiómetro puede registrar, y que puede ir desde 2 a 6 personas hasta un número de mediciones entre 4 y 8.
Para poder llevar un buen control es importante que el aparato medidor de presión pueda recoger las mediciones de tensión arterial de toda la familia y mantener almacenadas las últimas que se hayan tomado.
Un detalle de calidad es que también sea capaz de mostrar el pulso del paciente. Aunque antes no era tan común, actualmente hay un considerable número de aparatos en el mercado que cuentan con esta característica.
En definitiva, la decisión de contar con un tensiómetro en casa supone una ayuda tremendamente valiosa de cara a mantener un control de la salud de todos los miembros de la familia de forma fácil y eficiente.
Si después de leer este artículo estáis interesados en comprar un tensiómetro no os perdáis nuestra super detallada guía de compra aquí.
Christina G. Nogueira
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